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miércoles, 26 de junio de 2024

La Eurocopa del Major Tom

La versión 2024 de la Eurocopa de fútbol me está resultando muy difícil de seguir. Hasta ahora y antes del inicio de la ronda de partidos correspondientes a los octavos de final, solo pude ver un par de encuentros y fueron únicamente durante el fin de semana. Si bien los horarios son matutinos para este lado del mundo, en días de la semana, para mí, fue prácticamente imposible sintonizar alguno en el canal digital. Sin embargo, este torneo pasará a la historia por una canción compuesta hace 40 años que se está convirtiendo en un segundo himno para los hinchas de la selección alemana.

Durante la gestión 2023, Alemania como sede del torneo europeo, buscó una canción que sería amplificada en los campos deportivos después de que anotara un gol su selección. Eso de las canciones que suenen cuando se marcan goles, al parecer inició en el pasado mundial de Qatar, cuando los equipos participantes enviaron a la FIFA hasta dos canciones para que se reproduzcan en el sistema de sonido del estadio cada vez que se marque un gol. Algo similar está pasando en la Eurocopa 2024.

Definitivamente, la música juega un papel cada vez más destacado en las competencias deportivas y fueron varias canciones las postuladas ante la DFB (Deutscher Fußball-Bund), pero una se proyectó como la favorita: Major Tom de Peter Schilling, aunque inicialmente la UEFA (Union of European Football Associations) no aceptó la petición, el hit de los 80 fue incluida en los spots promocionales de Adidas, la empresa encargada de dotar los uniformes deportivos a la selección germana, alcanzando la canción un grado de virulencia digital insólito.

La singular composición de Peter Schilling, “Major Tom”, sonó por primera vez en el estadio olímpico de Berlin, durante el partido frente a Holanda, haciéndose realidad la petición de miles de aficionados locales para convertirla en el jingle oficial del gol alemán. Peter Schilling, cuyo nombre completo es Pierre Michael Schilling, nació el 28 de enero de 1956 en Stuttgart, Alemania. Schilling es conocido principalmente por su estilo new wave y synth-pop, géneros que ganaron enorme popularidad en la década de 1980. El mayor éxito de Peter Schilling es, sin duda, la canción "Major Tom (völlig losgelöst)", que fue lanzada en 1983.

Major Tom, es una reinterpretación y secuela conceptual de la famosa canción "Space Oddity" de David Bowie, que presenta a un astronauta ficticio llamado Major Tom, y relata la historia del mítico explorador perdido en el espacio, resonando su fascinación por la investigación cósmica y el ambiente de la Guerra Fría de la época, lo que contribuyó a su atractivo universal.

A lo largo de su carrera, Schilling lanzó algunos álbumes, entre los que destacan "Error in the System" (1983) y "120 Grad" (1984), ambos con una mezcla de éxitos en alemán e inglés. Aunque ninguno de sus trabajos posteriores alcanzó el nivel de éxito de "Major Tom", Schilling siguió siendo una figura influyente en la escena musical alemana y mantuvo una base de seguidores leales.

El perseverante Peter Schilling, en su cuenta oficial de Tik Tok, tiene un vídeo en el que agradece por la elección de su canción que acompaña la anotación de los goles alemanes durante la Eurocopa y asegura que siempre confió en su música y talento.

La perseverancia es una de las virtudes más valiosas y poderosas del ser humano, ya que, es la capacidad de mantener el esfuerzo y la determinación hacia una meta a pesar de los obstáculos, adversidades y el tiempo que pueda llevar alcanzarla. Implica una combinación de paciencia, tenacidad y una actitud positiva frente a los desafíos. No es simplemente resistir o aguantar; es un proceso activo de seguir avanzando, aprendiendo de los errores, adaptándose y mejorando continuamente. Las personas perseverantes entienden que el camino hacia el logro está lleno de altibajos, y en lugar de rendirse ante las primeras señales de dificultad, utilizan estos momentos como oportunidades para crecer y fortalecerse.

Con perseverancia, cualquier meta es alcanzable, y cualquier desafío superable, pero ser perseverante no significa ser inmune a los fracasos o a las derrotas temporales, sino ser capaz de recuperarse de ellas, aprender y seguir adelante con más determinación. Esta capacidad de enfrentar los contratiempos es lo que nos permite convertir las adversidades en lecciones valiosas y utilizar esas experiencias para impulsar su progreso. La perseverancia también está estrechamente relacionada con la resiliencia.

Este es el mensaje que se puede extraer de esta afortunada canción y de la Eurocopa. Un cantante perseverante, quien logró una fama fugaz gracias a su único hit y que estuvo por 40 años a la sombra de ese éxito que, con la ayuda de las Redes Sociales, hoy puede disfrutar del verdadero lugar que le corresponde, fruto de su voluntad, esfuerzo y dedicación, con la certeza de recorrer el camino correcto, aunque los resultados a corto plazo hayan sido poco satisfactorios.

Sin lugar a duda, la perseverancia es una virtud esencial que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las dificultades. Es el motor que nos permite alcanzar los sueños y convertir nuestras aspiraciones en realidad.

Dann hebt er ab und
Völlig losgelöst
Von der Erde
Schwebt das Raumschiff
Völlig schwerelos


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sábado, 9 de septiembre de 2023

Pie de viento

No soy un fanático del fútbol boliviano. El interés que tenía hacia los torneos organizados por la LFPB terminó cuando el equipo representante de mi región descendió de la categoría profesional, hace ya muchos años atrás. Es indudable que disfruto de ver, por televisión, un partido de la Copa Libertadores de América o una competencia internacional, sin embargo, ya no tengo la motivación para asistir al estadio, pagar por una entrada y alentar desde la tribuna a un onceno de jugadores.

Aún resulta difícil abstraerse de lo que está ocurriendo por estos días en lo que se refiere a la Liga profesional. Son diversos los canales de televisión, emisoras de radio y medios de prensa, que hacen alusión a aquellos audios filtrados en los que se escuchan a personas transar los resultados de un encuentro de fútbol. No es algo nuevo y tampoco será la última vez que esto ocurra. Desestimar un torneo amañado, despedir a jugadores corruptos o destituir a dirigentes sin escrúpulos, quizás aplaque un poco el mal enraizado en ese deporte, pero seguramente en un futuro, se volverá a hablar de lo mismo. Esto no solo pasa en Bolivia, es un mal mundial, una pandemia similar a la del Coronavirus reciente.

Recuerdo que la pasada tarde, mientras escuchaba las noticias del escándalo en que se vio envuelta la comunidad futbolera nacional, el taxi que me transportada desde el centro de la ciudad de La Paz a la zona sur, pasó cerca de una cancha en la que vi a niños que practicaban las jugadas enseñadas por el entrenador, otros realizaban una actividad física regenerativa y los pocos atajaban los remates de sus compañeros. Resultó triste ver esa escena mientras la banda de sonido la ponían las últimas noticias que eran difundidas dentro del vehículo. Quedaron expuestos dirigentes, jugadores, árbitros de la LFPB y otros miembros de una red de corrupción, la que tenía como objetivo el de arreglar los partidos del torneo profesional y el de segunda división. Fue entonces cuando me abordaron varias preguntas: ¿Por qué esos niños no practican el atletismo, el ciclismo, la natación, el taekwondo u otra disciplina deportiva? ¿Por qué sus padres siguen motivando a sus hijos para que continúen alimentando una actividad que nunca nos dio grandes satisfacciones?

Cuando se habla de glorias pasadas, sale a flote el recuerdo de la selección boliviana del 94, aunque ya casi nadie se acuerda de Etcheverry, Rimba, Truco u otros jugadores artífices de la única clasificación a un mundial por mérito propio. Tengo una hipótesis sobre ese logro y cómo algunos sucesos tuvieron que ocurrir para que Bolivia y Colombia sean las dos selecciones con participación inédita en un mundial de fútbol organizado por la FIFA.

El lunes pasado, un periódico de circulación nacional, dedicó toda una separata para destacar al mejor jugador de fútbol de la historia boliviana y fue precisamente Etcheverry el seleccionado. Triste saber que se gastó tanto papel y tinta para retrotraer a la memoria colectiva a un deportista que está ya más de veinte años alejado de las canchas, haciendo referencia a alguien que solo se lo ve jugar en viejos vídeos que se hallan en algún lugar escondido de YouTube.

En contraposición y casi por las mismas fechas, las portadas de los periódicos nacionales se llenaban de titulares destacando la participación de Héctor Garibay, quien conquistó la maratón de México 2023. Un orgullo boliviano, desde la óptica con la que se mire. Con algo de agudeza es posible encontrar en Internet, historias sobre la preparación de este destacado atleta y sobre todo la transición que realizó del fútbol a las carreras de fondo. Definitivamente: “Somos fruto de un mal día”. 

Me imagino que fue muy malo el día en el que le dijeron a Héctor que no volvería a jugar al fútbol debido a una lesión. Pero dentro de su etapa de recuperación tuvo la fortuna de que otra atleta consagrada, Nemia Coca, lo invitara a formar parte de su club de corredores “Pie de viento”.

Hace algunos días, en un documental de Netflix, vi la historia del ciclista británico Mark Simon Cavendish, quien pasó por varias etapas dentro su carrera profesional, sin embargo, algo que destacaba el audiovisual es que, en este deporte, el del ciclismo, llevas a tu cuerpo al máximo umbral de dolor, todo para poder conquistar la meta. Quizás esa sea la razón por la que son muy pocos, los que elegimos deportes como el atletismo, natación o ciclismo, ya que, desde mi poco conocimiento, podría indicar que los deportes conjuntos, a diferencia de los individuales, tienen la facilidad de distribuir la presión, la carga y la responsabilidad entre los integrantes del equipo.

Como había indicado antes, me gusta correr. Me despierto a las 5 AM todos los días, sea lunes, domingo o feriado. Salgo a correr 5, 10 o 15 km, como me sienta ese día. Estas últimas semanas decidí incrementar mi umbral de dolor y además de correr los kilómetros acostumbrados, los sábados y domingos pedaleo entre 30 y 50 km. Llego a mi departamento totalmente agotado, pero contento, sabiendo que me voy superando a mí mismo, que voy conquistando mis miedos, que fortalezco mi cuerpo, mi mente y mi espíritu.

Ojalá, en un futuro próximo, tengamos un centro deportivo donde Nemia, Héctor o cuanto otro atleta exitoso, pueda instruir y capacitar a las nuevas generaciones de corredores, ciclistas o nadadores, con la esperanza, de no solo una consagración mundial, sino más bien, de estar formando personas sanas, sin miedo a asumir retos y con una alta conciencia de seres humanos.


sábado, 15 de abril de 2023

Equipos e individualidades

No soy un fanático del fútbol, pero sí, lo disfruto viendo partidos de la liga local, los torneos internacionales y obviamente la copa mundial. Mi conocimiento sobre ese deporte es limitado, no paso de las reglas básicas y algo de la alineación estratégica que emplean. Sin embargo, hay aspectos que me llaman la atención y es el juego en equipo con una responsabilidad distribuida y limitada.

Es muy probable que dentro de ese seleccionado de 11 jugadores, existan quienes durante su trayectoria profesional no superen los 10 o 20 goles anotados, debido a su posición dentro del juego, lo que no les permite participar en las acciones ofensivas, aunque existen guardametas que tienen un significativo número de tantos en su registro, que son más una excepción que la regla.

Escuché varias veces opinar sobre equipos de fútbol que cuentan con una excelente ofensiva, pero están limitados en la defensiva o que el mediocampo es el que presenta falencias. Por otra parte, está la creencia de que contar con una mega estrella del fútbol es la garantía suficiente como para lograr el campeonato. Alguien me dijo: “… este año tenemos un excelente equipo pero, no tenemos individualidades”. Y fue precisamente esta frase la que me hizo pensar en el trabajo en equipo basado en individualidades.

Me apasiona el ciclismo y trato de practicarlo de forma frecuente. En este deporte el equipo, a diferencia del fútbol, está conformado por cinco o seis corredores, los cuales forman una línea y de esa manera se desplazan por los más de 200 km que puede requerir una competencia profesional.

Los corredores de ciclismo forman una fila para reducir la resistencia del viento y maximizar la velocidad. Cuando los corredores se alinean, el ciclista en la parte delantera corta el viento y crea una zona de baja presión detrás de él. Los ciclistas detrás de él pueden aprovechar esta zona de baja presión para reducir su propia resistencia al viento y seguir al líder con mayor facilidad. Esta técnica se conoce como “drafting” o “aspiración” y es una forma efectiva de ahorrar energía y aumentar la velocidad. De esta manera, los corredores pueden trabajar juntos para alcanzar y mantener una ventaja sobre los demás competidores. Esta alineación le permite al equipo administrar la energía de cada corredor ya que, quien tiene mayor esfuerzo es el primero en la fila, cambiando esta formación cada cierto tiempo, el primero va al final y el segundo comienza a jalar al grupo, lo que les permite también descansar, recargar energías y nuevamente liderar al equipo. Es muy interesante esa forma de trabajo porque, si bien existen las individualidades, aquellos corredores estrella que se encargarán de brillar en los últimos kilómetros de la competencia, es un trabajo integral con compromiso y sacrificio, llevando al extremo del agotamiento de todos sus integrantes.

Quienes trabajamos en equipo valoramos este tipo de formación, alineados a un objetivo, persiguiendo una misma meta, dando y dejando todo durante el camino ya que la victoria no será gracias a la destreza individual sino del equipo. No hay derrota, solo aprendizaje.

Es lindo pedalear, pero lo más lindo es pedalear en equipo, sintiendo la confianza de que llegarás lejos y disfrutarás del camino, consciente de que en algún momento tendrás que liderar y romper la resistencia del viento para que el resto siga tras una senda ganadora.



martes, 17 de enero de 2023

EL LIDERAZGO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA

Un titulado con honores y con una extraordinaria experiencia en la práctica laboral ¿Será el líder perfecto para una empresa?

La teoría sin experiencia resulta poco efectiva. Por un lado, están los teóricos, quienes creen que la respuesta a todos los problemas se halla en un texto. Un claro ejemplo son algunos docentes universitarios que pasaron del pupitre a la pizarra, los que intentan transmitir todo lo que está en la bibliografía con la que aprendieron, recurriendo al estudio de casos obsoletos y lejos de nuestra realidad. En sus aulas, hay muy pocas horas de una práctica efectiva y demasiadas de simuladores o laboratorios controlados, como si intentaran formar jugadores de fútbol profesional de PlayStation.

La experiencia sin teoría es también poco efectiva. Por el otro lado están aquellos expertos que de muy jóvenes se iniciaron en una empresa y fruto de su perspicacia, curiosidad y ganas de aprender, lograron convertirse en responsables o jefes de área. Escalaron hasta llegar a ser técnicos expertos en alguna actividad específica, pasando décadas realizando el mismo trabajo hasta generar una dependencia improductiva dentro la institución, por ser el único quien sabe hacer eso ya que, conoce todos los trucos y artilugios del cargo.

En el ejercicio de la profesión, muchos de los mejores líderes se formaron durante su participación en un campo operativo. El sumar experiencias hace que se consolide el conocimiento y son esas horas de vuelo que ayudan a fortalecer las habilidades o destrezas, fundamentando las soluciones en resultados prácticos como consecuencia de la teoría empleada en una proporción equilibrada. Estos efectos positivos logran el crecimiento de la motivación personal y la confianza profesional, permitiéndoles conquistar cualquier meta.

Pasaron algunas semanas desde la final de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA, Qatar 2022. Fueron millones de mensajes que circularon en las redes sociales y varios de ellos hicieron referencia a la consagración de la selección argentina como la mejor del mundo.

Hay una frase que dice: “Los mejores no siempre son los mejores, solo son los más vistos”. Sin duda, el evento deportivo demostró que ser el técnico con más experiencia o con más títulos conseguidos no garantiza, en lo absoluto, la conquista del objetivo. Así quedó confirmado con el director técnico de la selección campeona, Lionel Scaloni quien, con trabajo, inteligencia y un notable manejo de grupo, pudo sacar lo mejor de cada uno de los astros del fútbol mundial y llegar al campeonato. Hoy sus estadísticas presentan tres títulos obtenidos en estos más de cuatro años, logros con los que todo entrenador deportivo sueña.

Un titular de la prensa deportiva digital indicaba: “Lionel Scaloni, el joven inexperto que se doctoró con todos los honores. De esa llegada inesperada como interino a un título en el que mostró capacidad para formar un grupo, potenciar jugadores y exhibirse como un auténtico estratega”. Este como otros tantos titulares que se publicaron en la prensa argentina, hablaban del único valiente que apostó por un equipo vapuleado después de su fracasado Mundial de Rusia 2018, pero supo confiar en los jugadores a quienes eligió, los motivó y se aseguró de convertirlos en campeones. En una entrevista, después de la derrota ante la selección de Arabia Saudita, respondió a las acusadoras preguntas de los periodistas deportivos con una simple frase: “Solo es fútbol”.

Me gustaría creer que lo ocurrido a Scaloni podría tratarse de una fórmula para el líder perfecto, pero considero que fue más bien fruto de la causalidad, de la coyuntura, del grupo de jugadores seleccionados o elegidos y la presencia de un Messi hambriento de éxito. Indudablemente, el director técnico estaba preparado para el desafío.

Un líder es quien logra, a partir del conocimiento y la experiencia, que su equipo se identifique con el proyecto y que persiga los mismos objetivos. El líder permite creer en sueños y hacer que estos sean colectivos, con la intención de que entre todos se empuje y mueva la maquinaria institucional. El líder hace que surja ese espíritu competitivo del interior de cada jugador y los enfoca para lograr el triunfo, consciente de que en un trabajo conjunto no existe la ganancia individual, que nadie sobresale más que el otro y todos son como el engranaje de un mismo reloj que marca la hora con precisión.

En una institución es posible encontrar a excelentes analistas o incluso a destacados jefes de área pero, hay otros aspectos imprescindibles que deben cumplir además de la formación y la experiencia antes de considerarlos líderes, cómo ser: la empatía, la iniciativa o la confianza. Son esas habilidades blandas que esperamos encontrar en los miembros de las organizaciones, en aquellos funcionarios que se destacan no solo por su desempeño laboral o por su experiencia en el desarrollo de sus funciones sino también, por su espíritu colaborativo y luchador, para encomendarles los planes y objetivos estratégicos, con la confianza de que nos llevarán hasta la victoria.

Respondiendo a la pregunta inicial, lo ideal es fusionar la teoría y la práctica en un equilibrio perfecto, ser un buen entrenador y ser un buen jugador, con un toque de empatía, confianza, perseverancia, carácter y mucho respeto al equipo.

Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado.



martes, 28 de enero de 2020

Argentina 2020

Ya casi terminan mis vacaciones, esta es la última noche en Buenos Aires. Regresé a la Argentina, después de 10 años y se notan los cambios en la economía, en los servicios, en la alimentación, en el trato social, en fin, en todo lo que se puede imaginar. Si bien se ven muestras del desarrollo, son escasas, creo que en Bolivia, desarrollamos mucho y más durante este último tiempo. Aquí, la educación se fue a pique, es sorprendente como una sociedad puede involucionar por su educación. En el tren, en el metro o en el bus, existen muchachos dentro de sus burbujas que el auricular les proporciona, blindados de todo lo que les rodea, gracias a la música que escuchan, no les interesa si está de pie una mujer embarazada, un adulto mayor o un minusválido, con recostarse en la butaca y cerrar los ojos, pasan, ignoran la situación hasta la próxima parada. Los niveles de inseguridad son alarmantes, cuando transitaba por las calles de Buenos Aires, Rosario, Córdoba o Mar del Plata, y creo que todos sienten lo mismo: ojos observantes, personas sospechosas que se acercan o vehículos extraños. Es esa sensación de inseguridad que se encargan de amplificar los medios de televisión, que en cada uno de los programas, debaten, discuten, analizan el incidente reportado por la policía. Estos canales se nutren de ese tipo de noticias y le sacan hasta la última gota a la información para, al día siguiente, desayunar la misma noticia pero desde otro punto de vista, con nuevos actores del hecho, es increíble como el amarillismo se apropió de los medios de comunicación, impresos, radiales o televisivos. Algo que no cambió es la pasión por el deporte, por el fútbol. Aquí, se respira fútbol, aunque por estos días la Superliga Argentina de Fútbol está en un receso, es noticia la contratación de un jugador, la lesión de otro o una vez más, el escándalo de una estrella deportiva. Durante mi recorrido por las provincias argentinas, me llamó muchísimo la atención, el nivel de obesidad, donde apuntaba la vista podía ver una persona con sobrepeso, sea joven, varón o mujer, sin distinción. Esto puede ser fruto de la situación económica, los niveles de ansiedad o el estrés al que se ven expuestos. Como escribí en mi cuenta de Twitter: un kilo de duraznos vale más que una docena de facturas, entonces la gente come más harinas, carnes o fritos. Un plato de ensalada que está compuesto por lechuga, zanahoria y tomate, tiene un precio casi similar al tenedor libre. En una relación costo beneficio, el tenedor libre resulta más atractivo que un plato de ensalada. En los hoteles el desayuno es opcional, que si lo tomas, incrementa el costo final de la habitación rentada, al igual que en las líneas aéreas, el servicio de catering ahora es solo para rutas largas, aquellas inferiores a las dos horas, nada, ni agua. De a poco, los servicios argentinos se van quedando básicos, menos atendidos y por consiguiente, llegan a niveles de calidad extremadamente bajos. Recuerdo que en el 2009, la gente era alegre, amable y dispuesta a conversar con el extranjero, hoy no. Se siente la tensión nerviosa, el taxista, que fue reemplazado por el Uber, es poco comunicativo, cuando le dices que eres extranjero, callan. Gracias a la tecnología, pude desplazarme sin problemas en las ciudades que visité, Google Maps, Uber y portales de hoteles fueron mis herramientas para logran visitar los lugares que tenía planificado. Con un chip de Movistar accedí a la conexión LTE durante dos semanas por un precio de aproximadamente 7 dólares, con 5 Gb en datos y WhatsApp ilimitado, por esa parte no tuve ningún inconveniente para estar conectado. Hace un par de días, de pura curiosidad, fui a ver una obra a un teatro en Mar del Plata. Escuché en varios programas de televisión, que estas obras son espectaculares, me quedé con sabor a poco, a muy poco. En fin, parte de la experiencia con la que regreso a Bolivia, agradecido por vivir en un país en el que puedo comer verdura fresca, fruta de temporada y contar con servicios de calidad. Hoy, Bolivia presenta un índice de desarrollo muy interesante, ojalá los próximos gobiernos logren consolidar este desarrollo y convertirnos en un país que se aleja, a paso firme, del tercermundismo.


martes, 18 de diciembre de 2018

A 90 minutos de la gloria.


Me gusta ver los partidos de fútbol, no me considero un fanático de ese deporte, simplemente me gusta. Sigo al San José de Oruro desde siempre, desde que me acuerdo, desde aquella lejana tarde de domingo, cuando acompañé a mi padre al Jesús Bermúdez. Sentado junto a mi tío abuelo, en la curva sur del estadio, vi el ingreso del equipo de la V azulada, el que fue recibido entre aplausos y ruidos de petardos, fue una escena que me estremeció el cuerpo, desde ese domingo sigo al Santo.

En 1995, fue la primera vez que San José logró el campeonato de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, lo que permitió su clasificación a una Copa Libertadores de América. Por esos años ya vivía en La Paz y viajé hasta Oruro para ver los dos encuentros internacionales, no fueron buenos resultados, pero el equipo dio una dura batalla.

Otro recuerdo que tengo presente es el campeonato del 2007, hace 11 años atrás, un día miércoles 12 de diciembre viajamos, con mi hijo de 5 años, para ver el partido final del San José de Oruro, contra el, hoy desaparecido, La Paz FC. Abordamos el bus, desde La Paz y al llegar a Oruro, mi papá nos esperaba con las entradas, junto a las puertas del Bermudez. Ingresamos cuando el estadio estaba casi lleno y esperamos el inicio del partido.

Mi hijo también es seguidor del San José, quizás sea más fanático que yo. Recuerdo que esa tarde llevó en una mochila toda su indumentaria, un arlequín de colores blanco y azul, una bandera con el escudo del equipo, una máscara del hombre araña, guantes y pañoletas. Cuando las luces del estadio comenzaron a iluminar, decidió que era el momento para manifestar su alegría, saco de la mochila todos sus accesorios y muy dedicado comenzó su transformación, al cabo de unos minutos, estaba listo para alentar a su equipo, al San José.

A mi hijo, le encanta la diablada, su sueño es bailar en la Diablada Urus, porque son espectaculares, dice. Esa noche estaba convertido en un diablo, uno con los colores del Santo, y al ritmo de la música, que casi siempre está presente en la cancha, comenzó a dar brincos, a mover las manos, bailaba disfrutando de la previa al partido, hermoso fanático, mi padre aplaudía a su lado, todos quedamos encantados en ese momento.

El partido terminó con la victoria, conquistamos un nuevo campeonato, salimos de la cancha felices y nos dirigimos a la plaza principal, donde entre miles de personas, se entonó el himno a Oruro. Las luces navideñas decoraban los árboles de la plaza, nos tomamos unas fotos con el hermoso decorado. Aún no estaba el Instagram, ni el Facebook en linea, solo eran fotos para el recuerdo, para el álbum de la familia.

Muchos años después, una vez mas la oportunidad vuelve a convocar, casi el mismo escenario, un partido de final de campeonato, una clasificación a Copa Internacional, pero esta vez no podré asistir, mi hijo está ausente, se encuentra estudiando a miles de kilómetros de aquí y mi padre tampoco está en Oruro, vive conmigo en La Paz. Veremos el partido por TV o en la pequeña pantalla del celular, no tendremos baile y tampoco tendremos disfraces, pero estoy seguro de que sentiremos la misma emoción, nosotros aquí y mi hijo allá; quizás gracias a la tecnología, estará informado del resultado o con suerte, verá el encuentro mediante Internet.

¡Fuerza San José! Ojalá el miércoles nos llenes de gloria una vez más, y tengamos una hermosa y esperanzadora Navidad, porque estoy seguro que muchos de tus seguidores tan solo tendrán ese momento de felicidad, el que nos acompañará durante el complicado año que se aproxima. ¡Vamos por la gloria!