Todos los años esperaba los meses de julio o agosto para asistir a la Feria Internacional del Libro (FIL), cuando se desarrollaba en los salones del Círculo de Oficiales del Ejército (COE). Hubieron oportunidades en las que, muy ansioso, fui el primer día de la feria y en otras, fui hasta tres veces. Esos tiempos quedaron atrás.
Cuando visitaba la FIL, me entristecía no poder encontrar un libro recomendado o el más reciente de mi escritor favorito. En La Paz, son muy pocas las librerías a las que podemos tener acceso y a esto se suma el hecho de que varias de ellas comenzaron a cerrar sus puertas, fruto de la piratería o la digitalización de la información. Así que la FIL, se volvía una buena alternativa para acceder a libros destacados.
Anoche, fuimos a visitar la feria del libro. Ingresé al Campo Ferial Chuquiago Marka, sin muchas expectativas, solo quería dar una vuelta, ya que días atrás había comprado una serie de libros en la tienda virtual de Amazon. Pasamos por los estantes preparados para la oportunidad. No vi mucha gente, quizás comparaba las multitudes que circulaban en el COE y ahora, en un ambiente más amplio, daba la impresión de que la asistencia era baja para un domingo por la noche.
Fuimos al Salón Illimani, donde se realizaría un reconocimiento al periódico La Patria, evento convocado a las 7 de la noche pero, comenzó casi 30 minutos más tarde. No permanecimos mucho tiempo en el salón y salimos al pabellón amarillo, para continuar nuestra visita, que terminó en una exposición de Comics, donde compramos un libro, que fue de la atracción de mi hijo. Por mi parte, vi un stand , donde adquirí el libro que desde hace mucho estuve buscando y no quería tenerlo en formato digital, La Biblia.
Henry, un amigo que trabajaba en una librería del centro de la ciudad, leía todos los libros que llegaban a la tienda y era muy grato escuchar sus recomendaciones, que casi siempre fueron la motivación principal para comenzar a leer un libro. Hoy, esas recomendaciones acompañan a los libros digitales y son otro factor que hacen que me oriente a la compra de una copia, es algo que no se encuentra en una librería tradicional o por lo menos, no en la ciudad, donde con suerte el vendedor te dará la respuesta gentil a una consulta.
El crecimiento vertiginoso de las ofertas de libros digitales, el acceso simplificado de las compras en línea y las mejoras en los dispositivos electrónicos, sumado a esto el espíritu ambientalista, hace cada vez más frecuente la lectura de libros en formato digital ya que, con un par de clics se tiene acceso a una amplia bibliografía.
Con el ingreso y la popularización de Amazon, junto a su lector electrónico Kindle, el acceso a los libros en formato digital es cada vez mayor. No pude quedar al margen de este avance tecnológico y desde hace un par de años que dejé de comprar libros impresos, dejé de asistir a la FIL y comencé a adquirir libros digitales en línea.
En una relación de costo - beneficio, resulta más práctico, cómodo y útil el tener un dispositivo electrónico para la lectura de libros digitales, que estar cargando pesados libros de papel, aunque estoy seguro que siempre estarán aquellos amantes de los encuadernados y quienes gozan al ver un estante lleno de libros de papel.