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jueves, 20 de octubre de 2022

YLC 2022

Este sábado 21 de octubre sufriré, lloraré, pero… ¡llegaré!
Son casi 11 años desde mi primera participación en el Yolosa - La Cumbre (#YLC), denominada así a la competencia organizada por un grupo de aficionados ciclistas que se hacen llamar “Los Huanca”, inspirados en la aclamada serie de televisión de los años 80, “La bicicleta de los Huanca”.
Hoy el YLC es una de las competencias más esperadas por quienes practicamos el ciclismo. Aunque inicialmente estaba orientada a los deportistas amateurs en la actualidad existe una categoría especial para que los participantes de élite puedan demostrar sus cualidades escalando más de 3000 metros en bicicleta. Sin embargo, el grupo mayoritario está conformado por los aficionados que hacemos el mayor esfuerzo, no para batir ningún récord nacional, sino más bien, para superar nuestros propios límites a partir de la visualización de un objetivo personal como es llegar a Chuspipata (a 27 kilómetros de la partida) o hasta La Cumbre (a 65 kilómetros) en más de 8 horas, entre 7 y 8 horas, entre 6 y 7 horas, etc.
En aquella sexta versión del 2011, llegué totalmente agotado hasta Chuspipata, que es el ingreso al Camino de la Muerte, una antigua carretera de tierra entre la ciudad de La Paz y la población de Coroico. En Internet se puede encontrar mucha información sobre este legendario camino, incluso se grabó una temporada del programa de televisión titulado Rutas Mortales.
Hoy el Camino de la Muerte es un atractivo turístico frecuentado por diversos grupos de personas que descienden en bicicleta desde La Cumbre y terminan en Yolosa. Sin embargo, esta particular competición recorre el camino de forma inversa, parte en Yolosa y termina en La Cumbre paceña, por lo tanto, se trata de un ascenso constante y continuo que toma parte de la antigua carretera y la nueva, que a diferencia de la anterior es de asfalto. El recorrido inicia a algo más de 1200 msnm y culmina a 4600, pasa de una temperatura cálida a una totalmente gélida, atraviesa la zona yungueña y termina en una montaña casi congelada. Es un reto con alto desgaste físico y de gran esfuerzo mental.
Fue muy complicado para mi cumplir con esa primera participación, salía de una molestia en la rodilla, la bicicleta que utilicé pesaba más de 25 kilos, la hidratación fue poco apropiada y por mucho que lo intenté, no logré llegar a La Cumbre. Mi papá me esperó en ese punto intermedio y con mucha bronca me subí al bus que nos llevaría hasta la meta. Solo pude tomar algunas fotografías con el Blackberry y traté de dar aliento a los participantes, fue angustiante sentir que el cuerpo no rendía más.
Con la espina clavada en el pecho, el año siguiente me preparé mejor, cambié de bicicleta y logré conquistar la meta, años más tarde repetiría la hazaña. Con más tiempo para dedicarme al entrenamiento, durante el 2018 me enfoqué en romper mis límites, había bajado de peso y me encontraba en mi mejor momento, sin embargo, varios decidimos no participar en ese YLC que contó con una escasa convocatoria y una lluvia de reclamos. Para el 2020 la versión programada se tuvo que cancelar por la declaratoria de pandemia y finalmente, este 2022 nuevamente el YLC se hace presente con la esperada 15ava versión.
Tengo que confesar que no entrené lo suficiente, aunque confío muchísimo en la bicicleta que tengo, esta vez correré con una de aro 29” y espero que estas mejoras compensen en algo mi falta de estado físico.
Después de una decorosa participación en el Samaipata Challenge 2022 de Santa Cruz de la Sierra, este pasado fin de semana realizamos la última práctica, sentí la falta de ritmo al momento de escalar desde la localidad de Carreras hasta la ciudad de El Alto, que de acuerdo con el Strava, son algo más de 1700 metros de subida. Nos tomó cerca de 5 horas, pero lo logramos.
Para este sábado deseo llegar a La Cumbre, quizás no marque mi mejor tiempo, puede que sienta todo el cansancio del cuerpo en las piernas, pero tengo la completa predisposición para llegar a la meta. Dios nos ayude y proteja en este denominado "ascenso al cielo por el Camino de la Muerte".