domingo, 18 de febrero de 2024
El hombre orquesta
lunes, 1 de enero de 2024
Por qué motivar a la gente no funciona... y lo que hace
Lecciones de Susan Fowler "Por qué motivar a la gente no funciona... y lo que hace":
- Repensando la motivación: el libro desafía el enfoque tradicional de motivadores externos como recompensas y castigos. Fowler argumenta que la verdadera motivación viene de dentro y que los métodos tradicionales a menudo resultan contraproducentes, creando dependencia y resistencia.
- El poder de la autonomía: los humanos tenemos una profunda necesidad de autonomía. Cuando nos sentimos controlados y microgestionados, nuestra motivación se desploma. En lugar de eso, los líderes deberían centrarse en potenciar a las personas para que tomen decisiones y tomen decisiones.
- Cultivando relación: somos criaturas sociales, y las conexiones significativas son cruciales para la motivación. Los líderes deben fomentar un sentido de comunidad y pertenencia mediante la creación de confianza, alentando la colaboración y celebrando los éxitos compartidos.
- Dominar la competencia: Sentirse competente y capaz es esencial para la motivación. Los líderes deben proporcionar oportunidades de crecimiento, desarrollo y dominio de habilidades. Reconocer y apreciar las fortalezas y las contribuciones individuales alimenta aún más la motivación.
- Modelo de motivación óptima: Fowler propone el "Modelo de Motivación Óptima", que destaca la alineación del trabajo con estas tres necesidades humanas centrales: autonomía, relación y competencia. Cuando estas necesidades son satisfechas, la motivación intrínseca florece, lo que lleva a un mayor compromiso, productividad y bienestar.
- Más allá del liderazgo: los principios del libro son relevantes no sólo para los líderes, sino para cualquiera que quiera cultivar la motivación intrínseca en sí mismo y en los demás. Los individuos pueden aplicar estos conceptos a sus propios viajes de trabajo, relaciones y crecimiento personal.
- Pasando del control al entrenamiento: los líderes deberían pasar del control al entrenamiento. Esto implica guiar y apoyar a las personas para que descubran su propia motivación, encuentren sus fortalezas y establecer sus propias metas.
- Consciencia y autoconciencia: el libro destaca la importancia de la consciencia y la autoconciencia tanto para los líderes como para los individuos. Al entender nuestras propias necesidades y motivaciones, podemos crear entornos y estrategias que fomenten una motivación óptima.
- Aprendizaje y adaptación continuos: el mundo del trabajo cambia constantemente, al igual que nuestro enfoque de la motivación. Los líderes y los individuos deben estar abiertos a aprender nuevos métodos, experimentar con diferentes enfoques y adaptarse a las circunstancias cambiantes.
- Construyendo una cultura de motivación: Crear una cultura de óptima motivación es un proceso continuo. Los líderes deben marcar la pauta practicando los propios principios y alentar una comunicación abierta, retroalimentación y colaboración para mejorar continuamente el entorno de trabajo.
sábado, 29 de julio de 2023
Innovación con historia y tradición
Hace varios meses atrás, participé de un curso internacional sobre el liderazgo en la innovación. En ese tiempo, estaban vigentes las restricciones sanitarias a causa de la COVID-19, por lo que, la capacitación fue desarrollada de forma virtual.
Dentro de la metodología del curso, estaba la presentación, semana tras semana, de las tareas que cada módulo imponía, pero fue la denominada bitácora personal que me pareció interesante y divertida, ya que, consistía en grabar un corto vídeo con nuestra opinión acerca del trabajo de la semana, las posibles aplicaciones de lo que aprendimos y algunas experiencias relacionadas con el tema tratado. De la misma manera, me gustó el módulo que abordaba la importancia de reconocer el valor de la historia y la cultura para enfrentar los retos presentes.
Conocer el pasado y respetar las tradiciones son dos elementos fundamentales en los procesos de liderazgo, especialmente en aquellos orientados a la innovación. Aunque nos parezca un poco contradictorio, debido a que la innovación normalmente se asocia con la disrupción, pero estos dos elementos se complementan para construir un modelo de liderazgo resiliente y eficaz.
Conservar las tradiciones ayuda a comprender mejor la cultura organizacional y el contexto en el que la institución interactúa, lo que puede ofrecer una guía enriquecedora sobre cómo implementar eficazmente un proceso de innovación, respetando al mismo tiempo los valores y las normas de la organización. Entender y recordar las lecciones aprendidas, los errores cometidos y aquellos logros alcanzados, puede allanar el camino hacia la innovación, evitando repetir los mismos traspiés del pasado.
Los líderes de hoy pueden proponer soluciones a los problemas presentes, basándose en los conocimientos previos y la comprensión profunda de las tradiciones de la organización, y que éstas sean efectivas además de adaptadas totalmente a la realidad institucional, lo que proporciona un marco sólido desde el cual es posible proyectar el futuro, permitiendo plantear soluciones novedosas, en línea con la identidad institucional, facilitando su aceptación y adopción.
Es importante destacar que el respeto por las tradiciones puede proporcionar un grado de estabilidad y continuidad que es fundamental en cualquier proceso de cambio, lo que ayudará a construir un consenso en torno a las nuevas ideas, iniciativas y proyectos, resultando a ser la clave para lograr el éxito. Por tanto, se trata de integrar los logros y lecciones del pasado con visiones prospectivas, como también preservar la historia, valorando el presente e innovando para el futuro.
Los líderes pueden forjar un camino que no sólo resuelve los problemas actuales, sino que también se adaptan y evolucionan a medida que se presentan nuevos desafíos y oportunidades, pero no olvidemos de dónde venimos, cómo llegamos al lugar que hoy ocupamos, recordemos a quien nos apoyó y respetemos la cultura institucional.
Nunca olvides de donde vienes, por si te toca regresar.
sábado, 15 de abril de 2023
Equipos e individualidades
No soy un fanático del fútbol, pero sí, lo disfruto viendo partidos de la liga local, los torneos internacionales y obviamente la copa mundial. Mi conocimiento sobre ese deporte es limitado, no paso de las reglas básicas y algo de la alineación estratégica que emplean. Sin embargo, hay aspectos que me llaman la atención y es el juego en equipo con una responsabilidad distribuida y limitada.
Es muy probable que dentro de ese seleccionado de 11 jugadores, existan quienes durante su trayectoria profesional no superen los 10 o 20 goles anotados, debido a su posición dentro del juego, lo que no les permite participar en las acciones ofensivas, aunque existen guardametas que tienen un significativo número de tantos en su registro, que son más una excepción que la regla.
Escuché varias veces opinar sobre equipos de fútbol que cuentan con una excelente ofensiva, pero están limitados en la defensiva o que el mediocampo es el que presenta falencias. Por otra parte, está la creencia de que contar con una mega estrella del fútbol es la garantía suficiente como para lograr el campeonato. Alguien me dijo: “… este año tenemos un excelente equipo pero, no tenemos individualidades”. Y fue precisamente esta frase la que me hizo pensar en el trabajo en equipo basado en individualidades.
Me apasiona el ciclismo y trato de practicarlo de forma frecuente. En este deporte el equipo, a diferencia del fútbol, está conformado por cinco o seis corredores, los cuales forman una línea y de esa manera se desplazan por los más de 200 km que puede requerir una competencia profesional.
Los corredores de ciclismo forman una fila para reducir la resistencia del viento y maximizar la velocidad. Cuando los corredores se alinean, el ciclista en la parte delantera corta el viento y crea una zona de baja presión detrás de él. Los ciclistas detrás de él pueden aprovechar esta zona de baja presión para reducir su propia resistencia al viento y seguir al líder con mayor facilidad. Esta técnica se conoce como “drafting” o “aspiración” y es una forma efectiva de ahorrar energía y aumentar la velocidad. De esta manera, los corredores pueden trabajar juntos para alcanzar y mantener una ventaja sobre los demás competidores. Esta alineación le permite al equipo administrar la energía de cada corredor ya que, quien tiene mayor esfuerzo es el primero en la fila, cambiando esta formación cada cierto tiempo, el primero va al final y el segundo comienza a jalar al grupo, lo que les permite también descansar, recargar energías y nuevamente liderar al equipo. Es muy interesante esa forma de trabajo porque, si bien existen las individualidades, aquellos corredores estrella que se encargarán de brillar en los últimos kilómetros de la competencia, es un trabajo integral con compromiso y sacrificio, llevando al extremo del agotamiento de todos sus integrantes.
Quienes trabajamos en equipo valoramos este tipo de formación, alineados a un objetivo, persiguiendo una misma meta, dando y dejando todo durante el camino ya que la victoria no será gracias a la destreza individual sino del equipo. No hay derrota, solo aprendizaje.
Es lindo pedalear, pero lo más lindo es pedalear en equipo, sintiendo la confianza de que llegarás lejos y disfrutarás del camino, consciente de que en algún momento tendrás que liderar y romper la resistencia del viento para que el resto siga tras una senda ganadora.
viernes, 3 de febrero de 2023
MI MOTIVACIÓN
Recuerdo que cuando era niño y más aún en mi adolescencia, no había peor castigo que la inasistencia, sea a una salida de fin de semana, una fiesta o un partido de fútbol con mis amigos. Así que, para evitar ser sancionado, los días previos al evento trataba de realizar todas mis actividades, cumplir con mis obligaciones y presentar a tiempo las tareas escolares, evitando cualquier tipo de llamada de atención.
Mis amigos de la misma manera, se portaban bien, ninguno podía fallar y si por alguna razón sufríamos una baja en el grupo, la comisión evaluaba si ameritaba una visita al domicilio del afectado para solicitar el permiso requerido. Algunas veces el castigo era tan grande que por nuestra seguridad esperábamos que la sanción se disuelva en el tiempo.
Cuándo era yo el afectado, suplicaba a mis padres de mil y un maneras, apelaba a todos los argumentos y recursos necesarios con la esperanza de que puedan apiadarse y liberarme de la pena de quedarme en casa mientras mis compañeros se divertían, algunas veces tenía suerte y otras no tanta.
- ¿¡Cómo que no vendrás!? Todos contamos contigo -me decían cuando no podía convencer a mis papás de que me quiten el castigo.
- Lo siento muchachos. Sigan sin mí. -les respondía con todo el dolor del alma.
Noche antes a la fiesta, al partido o a la reunión, preparábamos lo necesario para que las cosas salgan bien, logremos la diversión plena y tengamos algo de lo que hablaríamos los días siguientes y quizá lo recordaríamos toda la vida. Nos organizábamos de tal manera que todos teníamos una tarea por cumplir, con el objetivo de llegar a la perfección en nuestra actividad. Eran tales las ansias que inclusive algunas veces me costaba conciliar el sueño, no sé si les pasaba lo mismo al resto del equipo.
Hoy, después de más de 30 años, las noches previas antes al día laboral, pienso en todo lo que haré por la mañana, trato de imaginar mis tareas y planifico rápidamente mis actividades. Sé muy bien que el día siguiente será totalmente dinámico y quizás no se concrete ninguna de las actividades que pensé la noche anterior, pero me ayuda a discernir lo urgente de lo importante. No puedo faltar, no puedo fallar, mi equipo me espera.
Cuando enfermé con COVID y me dijeron que debía faltar al trabajo para guardar reposo hasta recuperar la salud, sentí como en aquellos años cuando me castigaban con la inasistencia a la actividad que tanto habíamos soñado con mis amigos.
Por las mañanas me levanto y repaso la planificación del día, me preparo para continuar con lo pendiente y solucionar los problemas que nunca faltan.
- ¡Cómo no ir! Mis compañeros de trabajo me esperan, cuentan conmigo para concretar nuestros objetivos. -me digo a mí mismo, motivado y con la mejor actitud.
Muchas veces escuché reproches tales como: "Eres un trabajólico", pienso que no es un defecto cuando tu trabajo te satisface en lo personal, te permite crecer en lo profesional y te hace sentir útil a la sociedad.
Como dijo Confucio: "Elige un trabajo que te apasione y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida". Me apasiona mi trabajo y me entrego al 100%, voy feliz para comenzar la jornada y transmitir esa felicidad a mi equipo, esa es mi motivación, la misma que tenía cuando era adolescente preparando todo para que las cosas salgan bien.