martes, 28 de enero de 2020

Argentina 2020

Ya casi terminan mis vacaciones, esta es la última noche en Buenos Aires. Regresé a la Argentina, después de 10 años y se notan los cambios en la economía, en los servicios, en la alimentación, en el trato social, en fin, en todo lo que se puede imaginar. Si bien se ven muestras del desarrollo, son escasas, creo que en Bolivia, desarrollamos mucho y más durante este último tiempo. Aquí, la educación se fue a pique, es sorprendente como una sociedad puede involucionar por su educación. En el tren, en el metro o en el bus, existen muchachos dentro de sus burbujas que el auricular les proporciona, blindados de todo lo que les rodea, gracias a la música que escuchan, no les interesa si está de pie una mujer embarazada, un adulto mayor o un minusválido, con recostarse en la butaca y cerrar los ojos, pasan, ignoran la situación hasta la próxima parada. Los niveles de inseguridad son alarmantes, cuando transitaba por las calles de Buenos Aires, Rosario, Córdoba o Mar del Plata, y creo que todos sienten lo mismo: ojos observantes, personas sospechosas que se acercan o vehículos extraños. Es esa sensación de inseguridad que se encargan de amplificar los medios de televisión, que en cada uno de los programas, debaten, discuten, analizan el incidente reportado por la policía. Estos canales se nutren de ese tipo de noticias y le sacan hasta la última gota a la información para, al día siguiente, desayunar la misma noticia pero desde otro punto de vista, con nuevos actores del hecho, es increíble como el amarillismo se apropió de los medios de comunicación, impresos, radiales o televisivos. Algo que no cambió es la pasión por el deporte, por el fútbol. Aquí, se respira fútbol, aunque por estos días la Superliga Argentina de Fútbol está en un receso, es noticia la contratación de un jugador, la lesión de otro o una vez más, el escándalo de una estrella deportiva. Durante mi recorrido por las provincias argentinas, me llamó muchísimo la atención, el nivel de obesidad, donde apuntaba la vista podía ver una persona con sobrepeso, sea joven, varón o mujer, sin distinción. Esto puede ser fruto de la situación económica, los niveles de ansiedad o el estrés al que se ven expuestos. Como escribí en mi cuenta de Twitter: un kilo de duraznos vale más que una docena de facturas, entonces la gente come más harinas, carnes o fritos. Un plato de ensalada que está compuesto por lechuga, zanahoria y tomate, tiene un precio casi similar al tenedor libre. En una relación costo beneficio, el tenedor libre resulta más atractivo que un plato de ensalada. En los hoteles el desayuno es opcional, que si lo tomas, incrementa el costo final de la habitación rentada, al igual que en las líneas aéreas, el servicio de catering ahora es solo para rutas largas, aquellas inferiores a las dos horas, nada, ni agua. De a poco, los servicios argentinos se van quedando básicos, menos atendidos y por consiguiente, llegan a niveles de calidad extremadamente bajos. Recuerdo que en el 2009, la gente era alegre, amable y dispuesta a conversar con el extranjero, hoy no. Se siente la tensión nerviosa, el taxista, que fue reemplazado por el Uber, es poco comunicativo, cuando le dices que eres extranjero, callan. Gracias a la tecnología, pude desplazarme sin problemas en las ciudades que visité, Google Maps, Uber y portales de hoteles fueron mis herramientas para logran visitar los lugares que tenía planificado. Con un chip de Movistar accedí a la conexión LTE durante dos semanas por un precio de aproximadamente 7 dólares, con 5 Gb en datos y WhatsApp ilimitado, por esa parte no tuve ningún inconveniente para estar conectado. Hace un par de días, de pura curiosidad, fui a ver una obra a un teatro en Mar del Plata. Escuché en varios programas de televisión, que estas obras son espectaculares, me quedé con sabor a poco, a muy poco. En fin, parte de la experiencia con la que regreso a Bolivia, agradecido por vivir en un país en el que puedo comer verdura fresca, fruta de temporada y contar con servicios de calidad. Hoy, Bolivia presenta un índice de desarrollo muy interesante, ojalá los próximos gobiernos logren consolidar este desarrollo y convertirnos en un país que se aleja, a paso firme, del tercermundismo.