viernes, 28 de julio de 2017

Metro y medio

Luces, parrilla, bidones y otros elementos más están en mi lista. No estoy organizando una parrillada, es parte de la lista de materiales que requiero para el viaje en bicicleta de la próxima semana, partiremos desde Oruro y el destino final será Sucre, la capital del país. Nuestro plan consiste en pedalear durante tres días consecutivos, en un promedio de 85 km por día; espero que el tiempo acompañe, aunque estoy seguro de que pasaremos frío, ya que la ruta que seguiremos será aquella que atraviesa las minas de Llallagua, Huanuni y otras.

Me preocupa no llevar lo suficiente e indispensable para el viaje, pero tampoco quiero que exceda un peso tal que, no me permita pedalear cómodamente, dentro lo posible y razonable. Aún no estoy seguro de si llevar los bidones para la bicicleta o cargar la CamelBak. Hace un par de años que no utilizo bidones, pienso que le quitan la belleza a la bicicleta, como manejo una de montaña, la mochila me resulta más práctica. Estuve leyendo en Internet que muchos cicloturistas realizan recorridos liberados de la mochila ya que, tiende a fatigar la espalda, aunque en las salidas largas que realizamos, no tuve problemas, estoy acostumbrado. Mañana haré una prueba, instalaré los portabidones a la bicicleta y veré cómo me siento.

Estuve preocupado por la ropa, los accesorios para la bicicleta y también, le dediqué tiempo a programar mi alimentación; serán tres días y cuatro noches que estaré fuera y no quiero dejar mi nutrición asistida por Herbalife. Si bien puedo llevar en frascos la Fórmula 1 y el shaker que me gané en una de las muchas promociones, he decidido aprovechar la extensa red de clubes que tiene Herbalife en toda Bolivia. Mi amigo Luis, se puso en contacto con diferentes distribuidores independientes y ha logrado contactarme con varios de ellos, principalmente en Oruro, Llallagua y Sucre, aún me falta por confirmar Santiago de Macha, espero que haya algún emprendedor o emprendedora quien tenga un club donde pueda ir a recargar las energías.

El recorrido será interesante, principalmente porque quiero poner a prueba los productos de Herbalife en una situación como ésta, tres días consecutivos de pedaleo, con niveles de exigencia que llegarán hasta superar los 4500 msnm. Mi plan consiste en desayunar en Oruro, la nutrición básica. En Llallagua será cena y desayuno nutricional, espero que en Macha exista un club, caso contrario tendré que llevar la Fórmula 1 sabor Vainilla con Café Late, que es mi combinación favorita, y NRG. Finalmente, en Sucre, iré por un H24. Cuento con unas barras energéticas y también llevaré nueces, uvas pasas, almendras y soya.

Mi amigo Ricardo, creó un evento en Facebook donde se presenta nuestro plan a seguir, la altimetría del recorrido, las paradas que tendremos, todo está muy detallado y le agradezco por ello, ya que no solo mi familia, sino también mis amigos podrán estar al tanto de lo que pretendemos hacer, esto velando por nuestra seguridad. Dios nos acompañe y no permita que nada malo nos ocurra.

Estos últimos tres meses estuvimos practicando mucho con mi equipo, todos los sábados y domingos pedaleamos por diferentes rutas dentro y fuera de la ciudad, generalmente fuera ya que el parque automotor, con el que cuenta La Paz, y las calles estrechas de algunas zonas hacen dificultosa la jornada, ni que decir de aquellos chóferes malhumorados que ven a los ciclistas como un estorbo, ya nos gritaron un par de veces que circulemos por la vereda, hasta ahí llega su ignorancia, si el manejar una bicicleta nos convierte en un vehículo y debemos transitar por la calzada.

Mañana será nuestro último recorrido previo a la aventura de tres días y aún hay varios aspectos de la logística que debemos coordinar. Ricardo, decidió realizar esta pedaleada pidiendo el metro y medio para los ciclistas, y sí, pedimos respeto para todos aquellos quienes salimos muy temprano por las mañanas con el sólo ánimo de disfrutar de la ruta de forma segura. Por favor, si estas detrás del volante y vez a un ciclista, al momento de sobrepasar, regálanos un metro y medio, es por nuestra seguridad. ¡Muchas Gracias! 


viernes, 21 de julio de 2017

Mi encuentro en el tiempo

El fin de semana me encontré en el tiempo, no fue uno de esos encuentros de terapia, ni aquellos de regresión, fue diferente. Me encontré parado sobre la báscula, con los pies descalzos, la mirada al frente y la espalda recta.

No sabía que teníamos una edad biológica y otra metabólica, eso me lo explicaron en el Club de bienestar, al que asisto casi de forma religiosa. En Internet encontré un portal que define a la edad metabólica como la edad real de nuestro cuerpo a nivel fisiológico y es lo que puede hacer diferente a dos personas nacidas en el mismo año, si una mantuvo hábitos de vida saludables y la otra, no. Me conocí con una edad metabólica de 52 años, aunque mi edad biológica era de muy próxima a los 45. Y sí, mi cuerpo tenía siete años más, 84 meses de más, 2555 días de más, un largo tiempo que no lo había vivido aún.

Otro de los objetivos que deseaba alcanzar, cuando comencé con el cambio de hábitos alimenticios asistidos por Herbalife, fue precisamente ese, el de encontrarme en el tiempo, que mis edades metabólica y biológica sean la misma. Pero, no fue hasta después de estos seis meses y semanas que sucediera lo que estaba buscando.

La mañana del sábado pasado, me sentí muy confiado para realizarme la evaluación periódica en el Club. En estas evaluaciones no siempre marqué una pérdida de peso, hubo ocasiones en las que subí, y esas veces me sentí afligido, apenado y triste, aunque Luis trataba de ver el lado positivo, yo me sentía desilusionado. Fueron dos o tres veces en las que me alejé del objetivo, pero aprendí a aceptarlo y a manejarlo en mi favor. Con esos incrementos de peso pude identificar los alimentos que posiblemente me causaron la subida o el consumo de volúmenes inadecuados de algunos de ellos, aprendí a conocer mi metabolismo.

Ese sábado fui al Club y Luis me esperaba con la báscula lista, me subí, miré al frente, puse mi espalda recta y esperé los resultados. Después de unos segundos me dijo: - Bajaste 700 gramos. Para diez días estaba bien, ya voy aproximándome a mi meta, pesar 70 kilos. Pero su tono cambió cuando me dijo: - ¡Wow! ¡Felicitaciones! Tienes 45 años. Sin bajarme de la báscula lo miré y le dije: - Estás bromeando. Por favor, envíame el reporte al Whatsapp. Lo que hizo de inmediato. Y efectivamente, al final del registro pude leer Age: 45.

Con mis nuevos 45 años, decidí realizar otro reto, subir pedaleando hasta el Chacaltaya, una montaña, que por estos días de invierno luce nevada. El Chacaltaya está a 30 kilómetros de la ciudad, quizás no sea mucha la distancia, lo difícil esta en la cantidad de metros que se ascienden dentro de unos pocos kilómetros.

El domingo muy temprano emprendimos el recorrido y después de menos de tres horas de pedaleo llegamos a la cima, a los 5.306 msnm. Fue una experiencia increíble, se siente a la bicicleta, con cada minuto que pasa, con cada metro que se gana, más y más pesada. El corazón late como descosido. En ese primer ascenso nos detuvimos un par de veces, para tomarnos fotografías en el hermoso paisaje que nos rodeaba, con un cielo totalmente azul y el blanco de la nieve que adornaba la carretera accidentada. En realidad, nos detuvimos para retomar fuerzas y continuar con el recorrido, mientras aprovechaba para dar largos sorbos al Camelbak que contenía agua, NRG y Hydrate, mi fórmula mágica.

Tan emocionante como la subida fue la bajada de la montaña, ya que el volver a través de esa estrecha carretera con grietas, hielo y barro, hizo que la aventura sea completa. Cumplí otro desafío que lo tenía postergado, claro ahora me siento más joven, tengo siete años menos.

Hoy es tiempo de preparar mi bicicleta para una nueva aventura, recorreremos con mis amigos algo más de 200 km, en una travesía que nos llevará desde Oruro hasta Sucre. Estos días voy alistando el equipo, y sé que será una experiencia espectacular.

Gracias Herbalife, por este viaje de retorno en el tiempo, volví del futuro para disfrutar de este presente maravilloso, haciendo lo que me gusta, manejar mi bicicleta.

Mis amigos, quienes hicieron esto posible. Luis y Mariana.

martes, 11 de julio de 2017

Más de 100 km en bicicleta


Terminaba el 2016 y con mi amigo Manuel, dimos una vuelta en bicicleta, el recorrido fue corto, desde el Parque de Las Cholas hasta el Molino Andino, por la carretera asfaltada de Achocalla, que son un poco más de 40 km pero con una pendiente retadora. Ese domingo, el ascenso me pareció una eternidad, en los últimos meses había descuidado mi alimentación y pesaba alrededor de 85 kilos, que para mí estatura me define cerca al obeso uno. Al regresar a casa, revisé los registros de Strava y lo que me tomaba, en promedio dos horas y minutos, aquella vez fue muchísimo más, casi el doble. Me sentí pésimo, sabía que tenía un problema de sobrepeso, que sumado al sedentarismo de las vacaciones de fin de año, se volvería en algo más serio. 
Meses antes había intentado retomar un ritmo, no del entrenamiento, sino más bien de salidas en bicicleta, por lo menos una cada semana, pero no lo logré, estaba inmerso en un circulo vicioso, donde mi consuelo era: "que el tiempo no acompañaba para una pedaleada", "que mejor intentaba bajar de peso a través de una dieta milagrosa" o "tengo mucho trabajo, será la siguiente semana". Mi objetivo era perder peso y luego dedicarme con entusiasmo a la bicicleta, pero no podía. Por otra parte, invertí muchísimo dinero realizando varios cambios a mi bicicleta, tratando de aligerar su peso y mejorando su rendimiento, pero yo continuaba sin disfrutarla.
La penúltima noche del año, me comuniqué con Luis Solares, un distribuidor independiente de Herbalife, quien muy gentilmente me invitó a realizar una evaluación. Con una cantidad enorme de dudas y curiosidades fui a visitarlo a su Club de Bienestar, el que queda en la zona de Los Pinos. El lugar es muy acogedor y Luis me explicó acerca de la nutrición y los malos hábitos alimenticios que son las causas de diversos problemas físicos. Después, realizó la evaluación computarizada de mi estado físico y los resultados arrojaron lo que suponía, sobre peso. 
Uno de mis principales temores al momento de seguir cualquier dieta, era el famoso efecto rebote, pero lo que Luis me propuso no era una dieta, sino más bien un cambio de hábitos alimenticios, el cual es asistido con los productos de Herbalife. Para poder probar la solución me ofreció una tarjeta que completaba una suerte de introducción al tratamiento con una duración de tan solo 10 días. La que acepté con gusto.
Al día siguiente, vísperas del fin de año, regresé al Club para mi segundo día y no falté durante los próximos ocho días que duraría ese proceso, ya que el Club de Luis, no cierra ni en días domingos o feriados, ¡trabajan los 365 días del año!
Terminé ese primer ejercicio de diez días y me realizaron una nueva evaluación, y grande fue mi sorpresa al ver que había logrado bajar cerca a tres kilos, me sentí muy bien y decidí continuar con la nutrición. Durante los siguientes meses seguí adquiriendo las tarjetas prepago para diez días; volví a pedalear, regresé a los entrenamientos de bicicross y al cabo de 90 días había perdido cerca de diez kilos, me sentí fenomenal porque volví a disfrutar del deporte que me apasiona. 
Este último fin de semana fue espectacular, salimos con mi equipo de ciclismo, porque ahora ya tengo un equipo para entrenar, no somos profesionales pero, nuestras salidas son planificadas, y dentro del plan estaba recorrer más de 100 kilómetros en bicicleta en una sola salida, lo que llamamos Gran Fondo. La del fin de semana no era la primera vez que recorría 100 km, ya lo habíamos hecho el mes anterior, en esa oportunidad fueron 50 km de ida y 50 km de vuelta, pero el domingo pasado fueron 100 km de una. El recorrido fue desde Ciudad Satélite en El Alto, hasta la localidad de Patacamaya, a través de una carretera asfaltada.
Esta salida fue especial para mi, ya que, el año pasado, fuimos a Calamarca, una población intermedia entre La Paz y Patacamaya, más o menos a 40 kilómetros de distancia, y en aquella ocasión fui el último en llegar, me sentí apenado por el tiempo prolongado que mis amigos tuvieron que esperar. El retorno, prácticamente lo realicé solo y mientras mis compañeros ya estaban en sus casas yo continuaba pedaleando rumbo a la mía. Casi un año después y con 13 kilos menos, volví a recorrer ese camino, con los mismos compañeros y las mismas bicicletas. No me desprendí del grupo, seguí su ritmo durante varios kilómetros, pero en los últimos cinco decidí adelantarme, cambié las cajas y gané velocidad, fui el primero en llegar a Calamarca, cruce la señalización y levante el brazo, hice con la mano un puño y golpee el aire frío del invierno paceño. Había logrado algo que hace algún tiempo atrás era una misión imposible. Esperé algunos minutos a mis amigos, quienes fueron llegando de a poco; después de reagruparnos volvimos a la carretera, aun quedaban varios kilómetros por delante.
A medida que pasaban las horas, me aproximaba a la meta, al final fueron 4 horas y segundos que nos tomó llegar hasta Patacamaya. No sé si es un tiempo largo o corto, lo importante para mi fue que logré un objetivo, gracias al asesoramiento nutricional de Luis y gracias a mi equipo de ciclismo con quienes comparto las rutas y sobre todo me divierto.
Sé que aún debo perder algunos kilos más, pero me alienta saber que recorrí un gran camino.
¡Gracias Herbalife!