domingo, 28 de julio de 2024

Linux y yo

El pasado viernes, cerca de las siete de la mañana, me llegó a través de WhatsApp una noticia que estaba circulando de forma masiva en las Redes Sociales. El titular indicaba: “Error Fatal”. Apagón informático de Windows afecta a aerolíneas, era una nota de la BBC News. Minutos después y con algo más de información, supe que se trataba del antivirus Crowdstrike el causante del tremendo incidente. Dejé el celular sobre el escritorio y me dirigí lentamente al ventanal de mi oficina para ver como la ciudad comenzaba a tomar ese su ritmo caótico previo al fin de semana. Fue entonces cuando me acordé del sistema operativo que, creo hasta ahora, no presentó una falla similar, el casi imbatible Linux.

Era mediados de los 90 y tuve la fortuna de conseguir un empleo en el principal ISP del país. Recuerdo que aquella era una época en la que la tecnología avanzaba a pasos agigantados y la comunidad de software libre empezaba a ganar cadencia. Siempre tuve una fascinación por la programación y el concepto de Linux me resultaba altamente atractivo, es así como, para poder demostrar mis conocimientos y experiencia sobre programación, decidí instalar RedHat en una polvorienta computadora que se encontraba en la olvidada esquina de esa oficina.

La instalación en aquella antigua 486 de Intel fue un completo desafío. En esos días, no se contaban con instaladores gráficos amigables como los que hoy se disponen, todo se hacía “a mano”, por medio de una serie de comandos ejecutados en una oscura consola. Con la copia del Linux RedHat en disquetes y un limitado manual de referencia, me sumergí en el incierto proceso.

Después de algunas horas y diversos intentos logré superar la etapa de instalación, para luego encontrarme ante una pantalla negra y su brillante cursor, esperando mis instrucciones. La interfaz gráfica no era algo que venía por defecto en la instalación; se requería de un trabajo adicional de configuración del servidor X, sin antes asegurarse de que el hardware fuera totalmente compatible, lo que significaba realizar varias acciones adicionales, sin la garantía de un perfecto funcionamiento, por lo que, era preferible continuar en lo que conocíamos como: Modo texto.

Aprender a manejar la línea de comando fue como descubrir un nuevo lenguaje de programación. Intenté con los comandos básicos como: ls, cd y cp. Esa simplicidad que presentaba Linux para escribir en unos pocos caracteres las instrucciones necesarias y lograr resultados inmediatos me resultó fascinante. Pronto estuve dispuesto a explorar otros comandos: grep, tail y more. Cada uno de ellos abrían nuevas puertas y me permitían acceder a los datos de manera totalmente diferente a lo que Windows ofrecía.

Para ser sincero, el salto a Linux fue casi como una consecuencia natural de mi experiencia con el MS-DOS, la programación en C++ y de aquellas largas horas que pasé frente a los monitores monocromáticos de la Universidad. Fue recién con Windows 3.1 cuando tuve el acceso a una interfaz gráfica y años más tarde, con la llegada de Windows 95, el monitor pasó del cursor a un puntero y del monocromo al VGA.

En aquellos años, la comunidad de usuarios de Linux era muy pequeña pero apasionada. Por lo tanto, encontrar soluciones a problemas a menudo implicaba sumergirse en foros especializados y largas listas de correos electrónicos, que eran donde la gente compartía sus experiencias y consejos. Aún no existía Google y se consultaban las precarias páginas web a través de un limitado navegador. Netscape era mi favorito, con Altavista, WebCrawler o Yahoo como sitios preferidos donde encontrar algo de información.

Definitivamente lo que más me impresionó de Linux fue su filosofía, esa idea de tener control total sobre el sistema, modificarlo y adaptarlo, era totalmente revolucionaria. El hecho de que todo el código fuente estaba disponible para ser examinado y alterado me dio una sensación de independencia, en comparación a otros sistemas operativos.

Con el tiempo, comencé a escribir mis propios scripts en bash para automatizar diversas tareas. La línea de comandos se convirtió en una extensión de mis desafíos, una forma donde podía experimentar y crear sin límites todo lo que quería lograr. Recuerdo haber pasado noches enteras ajustando configuraciones, compilando pequeños programas y personalizando cada aspecto de aquel sistema al que bauticé con el nombre de máquina: Quipus.

Esa experiencia con Linux de mediados de los 90, no solo me enseñó sobre tecnología abierta, sino también sobre la importancia de la comunidad y la colaboración. Fue un tiempo de descubrimiento y aprendizaje continuo, donde cada desafío superado se sentía como una victoria personal.

Mirando atrás, esos días frente a la pantalla negra de la terminal digital fueron fundamentales para mi desarrollo como programador y entusiasta de la tecnología. Linux no solo me dio un sistema operativo; me dio una forma de pensar y una pasión por el software libre que perdura hasta hoy.

Mientras escribía este texto, terminé de leer el libro de Neal Stephenson: En el principio fue la línea de comandos. El autor ofrece una perspectiva profunda y crítica sobre la evolución de los sistemas operativos y su impacto en la cultura informática. Stephenson argumenta que, a pesar de la popularidad de las interfaces gráficas, las líneas de comando y el software de código abierto siguen siendo cruciales para la innovación y el desarrollo tecnológico. 

Hoy, por motivos laborales, aún continúo trabajando con Windows, pero lo mejor de mi experiencia como usuario de computadoras me la brindó, indudablemente, Linux.



miércoles, 26 de junio de 2024

La Eurocopa del Major Tom

La versión 2024 de la Eurocopa de fútbol me está resultando muy difícil de seguir. Hasta ahora y antes del inicio de la ronda de partidos correspondientes a los octavos de final, solo pude ver un par de encuentros y fueron únicamente durante el fin de semana. Si bien los horarios son matutinos para este lado del mundo, en días de la semana, para mí, fue prácticamente imposible sintonizar alguno en el canal digital. Sin embargo, este torneo pasará a la historia por una canción compuesta hace 40 años que se está convirtiendo en un segundo himno para los hinchas de la selección alemana.

Durante la gestión 2023, Alemania como sede del torneo europeo, buscó una canción que sería amplificada en los campos deportivos después de que anotara un gol su selección. Eso de las canciones que suenen cuando se marcan goles, al parecer inició en el pasado mundial de Qatar, cuando los equipos participantes enviaron a la FIFA hasta dos canciones para que se reproduzcan en el sistema de sonido del estadio cada vez que se marque un gol. Algo similar está pasando en la Eurocopa 2024.

Definitivamente, la música juega un papel cada vez más destacado en las competencias deportivas y fueron varias canciones las postuladas ante la DFB (Deutscher Fußball-Bund), pero una se proyectó como la favorita: Major Tom de Peter Schilling, aunque inicialmente la UEFA (Union of European Football Associations) no aceptó la petición, el hit de los 80 fue incluida en los spots promocionales de Adidas, la empresa encargada de dotar los uniformes deportivos a la selección germana, alcanzando la canción un grado de virulencia digital insólito.

La singular composición de Peter Schilling, “Major Tom”, sonó por primera vez en el estadio olímpico de Berlin, durante el partido frente a Holanda, haciéndose realidad la petición de miles de aficionados locales para convertirla en el jingle oficial del gol alemán. Peter Schilling, cuyo nombre completo es Pierre Michael Schilling, nació el 28 de enero de 1956 en Stuttgart, Alemania. Schilling es conocido principalmente por su estilo new wave y synth-pop, géneros que ganaron enorme popularidad en la década de 1980. El mayor éxito de Peter Schilling es, sin duda, la canción "Major Tom (völlig losgelöst)", que fue lanzada en 1983.

Major Tom, es una reinterpretación y secuela conceptual de la famosa canción "Space Oddity" de David Bowie, que presenta a un astronauta ficticio llamado Major Tom, y relata la historia del mítico explorador perdido en el espacio, resonando su fascinación por la investigación cósmica y el ambiente de la Guerra Fría de la época, lo que contribuyó a su atractivo universal.

A lo largo de su carrera, Schilling lanzó algunos álbumes, entre los que destacan "Error in the System" (1983) y "120 Grad" (1984), ambos con una mezcla de éxitos en alemán e inglés. Aunque ninguno de sus trabajos posteriores alcanzó el nivel de éxito de "Major Tom", Schilling siguió siendo una figura influyente en la escena musical alemana y mantuvo una base de seguidores leales.

El perseverante Peter Schilling, en su cuenta oficial de Tik Tok, tiene un vídeo en el que agradece por la elección de su canción que acompaña la anotación de los goles alemanes durante la Eurocopa y asegura que siempre confió en su música y talento.

La perseverancia es una de las virtudes más valiosas y poderosas del ser humano, ya que, es la capacidad de mantener el esfuerzo y la determinación hacia una meta a pesar de los obstáculos, adversidades y el tiempo que pueda llevar alcanzarla. Implica una combinación de paciencia, tenacidad y una actitud positiva frente a los desafíos. No es simplemente resistir o aguantar; es un proceso activo de seguir avanzando, aprendiendo de los errores, adaptándose y mejorando continuamente. Las personas perseverantes entienden que el camino hacia el logro está lleno de altibajos, y en lugar de rendirse ante las primeras señales de dificultad, utilizan estos momentos como oportunidades para crecer y fortalecerse.

Con perseverancia, cualquier meta es alcanzable, y cualquier desafío superable, pero ser perseverante no significa ser inmune a los fracasos o a las derrotas temporales, sino ser capaz de recuperarse de ellas, aprender y seguir adelante con más determinación. Esta capacidad de enfrentar los contratiempos es lo que nos permite convertir las adversidades en lecciones valiosas y utilizar esas experiencias para impulsar su progreso. La perseverancia también está estrechamente relacionada con la resiliencia.

Este es el mensaje que se puede extraer de esta afortunada canción y de la Eurocopa. Un cantante perseverante, quien logró una fama fugaz gracias a su único hit y que estuvo por 40 años a la sombra de ese éxito que, con la ayuda de las Redes Sociales, hoy puede disfrutar del verdadero lugar que le corresponde, fruto de su voluntad, esfuerzo y dedicación, con la certeza de recorrer el camino correcto, aunque los resultados a corto plazo hayan sido poco satisfactorios.

Sin lugar a duda, la perseverancia es una virtud esencial que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las dificultades. Es el motor que nos permite alcanzar los sueños y convertir nuestras aspiraciones en realidad.

Dann hebt er ab und
Völlig losgelöst
Von der Erde
Schwebt das Raumschiff
Völlig schwerelos


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viernes, 12 de abril de 2024

La caldera vacía

En un bullicioso edificio de oficinas situado en el corazón de la ciudad, Santiago encontró su oasis de tranquilidad, un rincón donde el ajetreo cotidiano se fusionaba armoniosamente con el aromático deleite del café recién hecho. Cada día, impulsado por un inquebrantable optimismo, Santiago era el primero en cruzar las puertas de la oficina, anhelando el abrazo cálido de su amada taza de café. Su ritual matutino era simple, pero profundamente sagrado: entrar, poner en marcha la caldera para su indispensable dosis de cafeína y, mientras espera que el agua logre el punto de ebullición, revisar los correos electrónicos que marcarían el ritmo de su jornada.

Una mañana, como cualquier otra, Santiago, con los ojos aún velados por el sueño pero el corazón lleno de esperanza, se dirigió a la cocina compartida. Con los movimientos movimientos precisos de un puma tras su presa, preparó la caldera y se retiró a su escritorio, esperando pacientemente el momento culminante de su rutina. Imaginaba ya el ritual: la selección de su taza favorita, el abrir de la bolsa de café que liberaría su embriagador aroma, el acto meditativo de verter el agua hirviendo sobre el café molido, invocando así la esencia de su tan ansiado despertar.

Sin embargo, cuando creyó que era el momento de disfrutar de su creación, Santiago se encontró frente a una realidad desconcertante: la caldera estaba inexplicablemente vacía. La confusión dio paso a una irritación sutil al descubrir una nota adherida a la pared con un mensaje escrito con claridad y firmeza: "Gracias por el agua". Aunque el mensaje destilaba gratitud, Santiago no pudo evitar que una ola de frustración lo invadiera. Todo estaba planeado al detalle, y aquel imprevisto le obnubiló el ánimo. No obstante, determinado a no dejarse vencer por la adversidad, se dispuso a hervir nuevamente el agua, esta vez sin despegar los ojos de la caldera, cual guardián de su preciado elixir.

Tras una espera que se le antojó interminable, el agua estuvo lista. Aunque el café de aquella mañana llevaba el sutil amargor de su frustración inicial, Santiago decidió no dejarse amargar el día. Mientras el calor del café se difundía por su ser, optó por enfocarse en los aspectos positivos que aún estaban por descubrirse en la jornada que se desplegaba ante él, plenamente consciente de que la paciencia y la resiliencia son las herramientas indispensables para superar cualquier adversidad.

Aunque no siempre contemos con compañeros de trabajo lo suficientemente considerados como para dejar una nota junto a una caldera vacía, en un ambiente laboral, donde se supone que la colaboración y el trabajo en equipo son piedras angulares, es frecuente encontrarse con actitudes poco cooperativas y egoístas que pueden mermar la dinámica del grupo.

La desvinculación con los objetivos y valores compartidos puede derivar en conductas contraproducentes y poco éticas, tales como la procrastinación, la evasión de responsabilidades o el incumplimiento de plazos. En este contexto, algunos funcionarios pueden decidir acaparar información crucial o conocimientos especializados, buscando afianzarse en una posición de dominio o influencia, lo cual entorpece la toma de decisiones y compromete la eficacia del equipo. Esto puede desembocar en malentendidos, redundancia de esfuerzos y conflictos interpersonales. De la misma manera, existirán miembros del equipo que podrían priorizar sus éxitos personales y el reconocimiento sobre los logros colectivos, manifestando su resistencia a cooperar, atribuyéndose individualmente los méritos de esfuerzos grupales, o mostrando una falta de apoyo hacia sus colegas.

Cuando la competencia entre colegas alcanza niveles de intensidad excesiva o deslealtad, pueden surgir sentimientos de envidia, actitudes de sabotaje o una falta de soporte mutuo, deteriorando así el ambiente laboral y la productividad global. Es crucial abordar estos desafíos de manera proactiva, promoviendo una cultura de colaboración, comunicación transparente y respeto mutuo.

¡Vamos, un respiro profundo! Es momento de prevenir que el "síndrome de la caldera vacía" tome las riendas de nuestro día.



miércoles, 21 de febrero de 2024

Talento y hambre

Me gusta correr. No, me encanta correr. Es realmente gratificante salir a las 5 AM y trotar por las calles vacías de una ciudad que lentamente se despierta a un nuevo día. Desde que corro también sigo a los deportistas de élite y este fin de semana, Deresa Geleta de Etiopía fue el ganador de la Maratón de Sevilla 2024, registrando un tiempo de 2:03:27, estableciendo una nueva marca dentro la prueba. Una verdadera máquina.

Sin embargo, el actual poseedor de la marca tuvo que superar diversas dificultades como el visado, el extenuante viaje y la escasa alimentación. En un post de Facebook se comenta que solo comió unas galletas con chocolate y bebió una gaseosa y que el día de la competencia se levantó a las 5:30 de la mañana a desayunar lo que tenía a mano. El artículo digital concluye con un mensaje:

“Tiene hambre, tiene ganas, ha entrenado, ha sufrido siempre; ayer, hoy y siempre. 

HA GANADO PORQUE TIENE HAMBRE DE VICTORIA. SIEMPRE LA TUVO Y ESO LE HA HECHO GRANDE. 

DERESA GELETA: 2:03:27”

En el universo del deporte, el hambre de gloria actúa como un motor imparable que empuja a los atletas más allá de sus límites físicos y mentales. Este deseo ardiente no solo los inspira a enfrentar y superar obstáculos aparentemente insuperables, sino que también se convierte en la esencia de sus carreras. Sin embargo, como toda moneda tiene dos caras, el camino hacia la gloria está lleno de paradojas y desafíos inesperados.

En primer lugar, el hambre de gloria lleva a los atletas a embarcarse en jornadas de entrenamiento extenuantes, sacrificios personales y una dedicación que va más allá de lo razonable. Los relatos de deportistas que superaron la adversidad son innumerables y sirven como testimonios del poder humano de resiliencia. Desde lesiones devastadoras hasta orígenes humildes, la historia del deporte está repleta de héroes que, impulsados por su sed de éxito, han logrado hazañas que desafían la lógica.

La historia de Michael Jordan, por ejemplo, se destaca como un testimonio del impacto del hambre de gloria. Después de ser rechazado de su equipo de baloncesto de la escuela secundaria, Jordan no se dio por vencido; en cambio, usó ese rechazo como combustible para mejorar. Su dedicación y deseo de ser el mejor lo llevaron a convertirse en uno de los mayores íconos del baloncesto mundial.

Sin embargo, el camino hacia la gloria no está exento de tentaciones y contratiempos. A medida que los atletas alcanzan niveles más altos de reconocimiento y éxito, se encuentran con nuevos tipos de incentivos que pueden desviarlos de sus metas originales. Los endosos de marcas, los contratos multimillonarios y la fama pueden convertirse en una distracción, alejando a los deportistas de la pasión y el hambre que inicialmente los impulsaron.

El fenómeno de "perder el hambre" es un tema recurrente en la carrera de muchos deportistas. A medida que sus necesidades básicas y lujos se satisfacen con creces, la motivación inicial puede comenzar a desvanecerse. En algunos casos, el confort y la seguridad económica llevan a una disminución en el rendimiento, ya que la urgencia de "salir adelante" ya no está presente.

La clave para mantener vivo el hambre de gloria, sin caer en la complacencia, radica en encontrar un equilibrio. Los atletas deben recordar constantemente por qué comenzaron su viaje y qué los apasiona del deporte. Establecer nuevos objetivos, buscar desafíos mayores y mantenerse rodeados de personas que los inspiren y desafíen son estrategias cruciales para mantener la llama del deseo ardiendo.

El hambre de gloria en el deporte es tanto una bendición como una maldición. Es el combustible que impulsa a los atletas a superar innumerables obstáculos, pero también es un fuego que necesita ser controlado y alimentado correctamente para evitar que se consuma o se extinga. En última instancia, los deportistas que logran mantener vivo ese fuego, ajustando sus incentivos y manteniendo sus metas claras, son los que dejan una marca indeleble en la historia del deporte.

Definitivamente, para alcanzar las metas, aparte del talento también se debe pasar y tener hambre, de gloria.



domingo, 18 de febrero de 2024

El hombre orquesta

Mientras revisaba mi cuenta de Facebook, apareció un reel que mostraba a un hombre cargando su mochila llena de instrumentos musicales que los tocaba todos en total armonía con la guitarra colgada al cuello. Interpretaba perfectamente la canción “House of rising sun” de The Animals. ¡Increíble!

Los hombres orquesta, representan una fascinante expresión artística y una tradición que ha perdurado a través de los siglos. Estos artistas, dotados de un notable conjunto de habilidades, son capaces de interpretar varios instrumentos musicales simultáneamente, creando una experiencia auditiva completa y rica que suele asociarse con una banda o una orquesta completa.

Históricamente, los hombres orquesta surgieron en diversas culturas como una forma de entretenimiento ambulante. Con el paso del tiempo, esta práctica evolucionó y se adaptó a diferentes contextos sociales y tecnológicos. Los instrumentos típicamente asociados con estos artistas incluyen la guitarra, la armónica, los tambores y los platillos, entre otros, a menudo unidos por un sistema de pedales y palancas que permiten la sincronización y la coordinación de los sonidos.

Lo que realmente distingue a los hombres orquesta, más allá de su habilidad para manejar múltiples instrumentos, es su capacidad para crear una conexión profunda y emocional con el público. A través de su música, cuentan historias, expresan emociones y capturan la atención de su audiencia, todo ello mientras mantienen una sincronización y una armonía impecables entre los distintos sonidos que producen. Además, la figura del hombre orquesta simboliza la persistencia, la dedicación y el compromiso con el arte musical. Aprender y perfeccionar el manejo de múltiples instrumentos requiere años de práctica, paciencia y una pasión inquebrantable por la música. Estos artistas son un recordatorio viviente de que los límites de la expresión musical están constantemente siendo desafiados y redefinidos.

Aún los hombres orquesta continúan innovando y adaptando sus actos a nuevos géneros y audiencias. Con la ayuda de la tecnología, como los bucles y los pedales de efectos, han ampliado las posibilidades sonoras de sus actuaciones, fusionando lo tradicional con lo contemporáneo y llevando su arte a nuevos horizontes.

El concepto de los hombres orquesta se relaciona estrechamente con el liderazgo en varios aspectos fundamentalmente en la multitarea y versatilidad, ya que, al igual que los hombres orquesta, los líderes efectivos deben ser capaces de manejar múltiples tareas y roles simultáneamente. La versatilidad es crucial en el liderazgo, ya que permite adaptarse a diferentes situaciones y necesidades del equipo o de la organización. Así como un hombre orquesta toca diferentes instrumentos para crear una melodía armoniosa, un líder debe equilibrar distintas responsabilidades, como la toma de decisiones, la resolución de problemas y la motivación de su equipo, para lograr los objetivos establecidos.

El liderazgo, al igual que la actuación de un hombre orquesta, requiere de habilidad, dedicación y la capacidad para armonizar diversas facetas y responsabilidades. La efectividad en ambos campos se logra a través de la multitarea, la coordinación, el aprendizaje continuo, la conexión emocional y la innovación. Los hombres orquesta deben asegurarse de que todos los instrumentos que tocan estén en perfecta armonía. De manera similar, un líder debe coordinar las acciones de su equipo, asegurando que todos trabajen de manera sincronizada hacia un objetivo común. La habilidad para mantener a todos en la misma página y fomentar la colaboración es esencial para el éxito de cualquier proyecto o empresa.

Aprender a tocar múltiples instrumentos y combinarlos armónicamente es un proceso que requiere tiempo, paciencia y adaptabilidad. En el liderazgo, estas cualidades son igualmente importantes. Un líder debe estar dispuesto a aprender constantemente y adaptarse a los cambios del entorno, las nuevas tendencias y las necesidades de su equipo. La capacidad de crecimiento y adaptación es lo que mantiene tanto a los líderes como a los hombres orquesta relevantes y efectivos en sus campos.

Así como un hombre orquesta se conecta emocionalmente con su público a través de la música, un líder debe ser capaz de establecer una conexión emocional con su equipo. La empatía, la escucha activa y la comunicación efectiva son herramientas clave en el liderazgo, ya que ayudan a entender y atender las necesidades y preocupaciones de los colaboradores, fomentando un ambiente de trabajo positivo y productivo.

Los hombres orquesta son ejemplos de cómo la creatividad puede llevar a la innovación en el arte. De manera análoga, los líderes deben fomentar un entorno donde la creatividad y la innovación sean valoradas y promovidas. Alentando a su equipo a pensar fuera de la caja y experimentar con nuevas ideas, los líderes pueden impulsar el crecimiento y la mejora continua en su organización.

Los hombres orquesta son una manifestación singular y poderosa de la creatividad y la versatilidad humanas. Su arte no solo entretiene, sino que también inspira, desafiando nuestras percepciones de lo que es posible en la música y recordándonos la belleza de la innovación y la autenticidad en la expresión artística.




domingo, 11 de febrero de 2024

El graduado

"El Graduado", una novela icónica de Charles Webb, publicada por primera vez en 1963, es un relato inquietante y satírico sobre la desilusión de la juventud y el vacío existencial que caracterizaba a la América de posguerra. La novela sigue la historia de Benjamin Braddock, un recién graduado de la universidad, atrapado en un vórtice de desesperación y confusión en una sociedad materialista y sin alma.

Webb maneja con maestría el arte de la sutileza y la ironía para explorar los temas de alienación y búsqueda de identidad. La relación adúltera de Benjamin con la señora Robinson, una amiga de sus padres, y su posterior amor por su hija Elaine, se convierten en metáforas de la rebelión contra y la eventual sumisión a los valores convencionales y las expectativas sociales.

El estilo de Webb es notablemente directo y minimalista, lo que contribuye a la atmósfera de alienación y desconexión. A través de diálogos cortantes y escenas meticulosamente construidas, Webb desvela la hipocresía y el vacío moral de la clase media alta americana. La novela no solo ofrece una crítica social aguda, sino que también plantea preguntas universales sobre el propósito y el significado en la vida, resonando con lectores de diversas generaciones.

Sin embargo, la grandeza de "El Graduado" no radica solo en su crítica social o en su exploración de la desilusión juvenil, sino también en su capacidad para capturar un momento de transición cultural en Estados Unidos. En el personaje de Benjamin Braddock, Webb encapsula el descontento y la incertidumbre de una generación en el umbral del cambio, preludiando los movimientos sociales y culturales que definirían las décadas siguientes.

Aunque algunos críticos han señalado la posibilidad de interpretar la novela como un producto de su tiempo, limitado por las perspectivas y los valores de la década de 1960, "El Graduado" ha demostrado ser sorprendentemente atemporal. Su exploración de la ansiedad, el deseo de autenticidad y la lucha contra las convenciones opresivas sigue siendo relevante en el contexto contemporáneo.

"El Graduado" de Charles Webb es una obra maestra de la literatura estadounidense del siglo XX. Con su incisiva crítica social, su aguda percepción psicológica y su estilo narrativo distintivo, la novela sigue siendo una lectura esencial para aquellos que buscan comprender las complejidades de la condición humana y las dinámicas de la sociedad americana. A través de Benjamin Braddock, Webb ofrece no solo un retrato de una generación perdida, sino también una reflexión sobre la búsqueda eterna de significado en un mundo en constante cambio.



jueves, 8 de febrero de 2024

Moonwalk

"Moonwalk" es la única autobiografía escrita por Michael Jackson, publicada en 1988. En este libro, Jackson narra su vida, desde sus inicios en Gary, Indiana, hasta convertirse en una superestrella mundial. El título hace referencia a su famoso paso de baile que cautivó al mundo entero. A lo largo de sus páginas, Michael ofrece una mirada íntima a su vida personal, sus experiencias creciendo como parte de los Jackson 5, su relación con su familia, y su transición a una exitosa carrera en solitario.

Jackson habla abiertamente sobre los desafíos de vivir bajo el constante escrutinio público y las dificultades de mantener una vida privada. También comparte sus pensamientos sobre la creatividad y el proceso artístico detrás de sus álbumes, incluidos "Off the Wall", "Thriller" y "Bad", detallando la inspiración detrás de algunas de sus canciones más icónicas.

Además de su carrera, "Moonwalk" toca temas de filosofía personal, sueños, y las causas que le apasionaban, como ayudar a los niños desfavorecidos y promover la paz mundial. Jackson también discute sus influencias musicales y artísticas, mostrando un profundo respeto por artistas de diversas disciplinas.

La honestidad y apertura de Jackson en "Moonwalk" permiten a los lectores ver más allá del personaje público y comprender mejor al hombre detrás de la leyenda. A pesar de las controversias que rodearon su vida y su carrera, el libro ofrece una perspectiva equilibrada y humana de Michael Jackson, destacando su genialidad artística, su vulnerabilidad y su incansable búsqueda de perfección en su arte.